A veces uso las palabras para tapar cosas.
Voy llenando los huecos de aquel rompecabezas, intentando encajar la pieza precisa que me sirva para engañar al miedo. Pero no.
Me quedo descubierta y vacía y solitaria porque sé que me he olvidado de escuchar.
Y entonces la emprendo de nuevo y hablo mucho más de lo que toca.
Quiero llenar con algo, esa, tu herida. Herida de la que mana soledad.
Y están ahí mis ruidos, las palabras erradas que se agolpan, dejándote callada, con tu arrepentimiento y con la culpa de no haber disfrutado del presente, o la imagen de la pérdida y la muerte y yo sólo quiero decirte que no, que no pasa nada, que lo hiciste feliz, que diste todo…
En realidad sólo te estoy pidiendo que te calmes, por favor, que tapes tu dolor con mis razones, esas que te voy regalando sin pudor, como si fueran pócimas, remedios infalibles, pasaportes al cielo de la tranquilidad.
Te lleno con mis palabras erráticas, dejándote ahíta y vacía, solamente porque no he tenido la grandeza de callar.
Talleres de Lectura y Escritura de Tinto y Memoria
Primer domingo de cada mes, sesión online
10 a 12 de la mañana, hora de Colombia
Próxima cita, 5 de noviembre 2023
La grandeza de callar … que profunda reflexión Lila !